Waking life, animación y filosofía
Por Boris Katunaric
Waking Life (se puede ver la película acá), una historia sin historia, definiciones filosóficas fragmentarias sobre la vida, los sueños, las relaciones humanas y algún atisbo poético con estéticas visuales diversas. Mediante la técnica de rotoscopía, donde sobre las imágenes se generan efectos visuales, se opera una gama de estéticas ampliamente desarrolladas dando como resultado una película de animación tan variada como la historia del arte; el lienzo, la acuarela, el cubismo etc. así transcurre Waking life, en el que su personaje anónimo varía, de uno en uno, un compañero igual de anónimo, en una secuencia de reflexiones sobre los problemas humanos en un mundo de soñadores o, más bien, un soñador soñando soñadores. Atrapado en esa lucidez onírica sin narración, (difícil en este tipo de arte) la muerte de las grandes historias obliga a su director Richard Linklater a pensar un arte más sintético y variado dentro del formato del largometraje, destrozando por completo el guión convencional. La falta de narrativa es inversamente proporcional a la tensión que mantiene al personaje en esta encrucijada espacio-temporal con la realidad, se trata de un personaje que no puede dejar de soñar, y sus sueños son inmensas fuentes de pensamiento.