“La guerra era un deseo, querían terminar con la libre navegación de los ríos”

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“La guerra era un deseo, querían terminar con la libre navegación de los ríos”

31 Enero 2013

APU (Por Juan Ciucci): ¿Qué fue lo que te motivó a escribir esta novela con un fuerte marco histórico, sobre la Guerra de la Triple Alianza?

Mercedes Rubio: En realidad el punto de partida de esta novela es un relato o una clase de saga familiar que decía que había dos mujeres paraguayas que habían muerto en el contexto de una guerra por culpa del tirano López, comidas por las hormigas en el cepo. En ese momento empecé a averiguar y llegué a tener el dato de que una de ellas sí muere en las torturas, es la que menciono en el libro, María de Jesús Egusquiza y la otra, Mercedes Egusquiza, encuentro la información en un libro. Cuando empiezo a buscar información en la familia encuentro esta mención en ese libro de Arturo Bray que habla del fusilamiento de estas doce personas que es con las que yo abro el libro. Cuando me pongo a investigar y cruzo información, por supuesto que tengo que acabar leyendo la historia de este hecho de otro modo al que me lo habían contado.

APU: Es una guerra que tiene una cuestión muy personal. Aquellos que siguen con el relato, a los que sigue afectando el relato de esta guerra, muchas veces tiene que ver con historias muy cercanas.

MR: Un relato que me bajó como congelado, incluso, hablaba con alguien de mi familia y todos teníamos el mismo relato.

APU: Elegiste un narrador especial para contar estos hechos.

MR: Sí. Cuando me pongo a investigar, entre todas las cosas que voy descubriendo, encuentro una mención que había en varios datos, varios libros que serían convenientes, en el contexto de esta revisión de la guerra que se está haciendo en estos últimos años, volverlos a visitar, decía esta historiadora y entre ellos mencionaba el de Barton, Cartas desde los campos de batalla del Paraguay. Fue difícil encontrarlo porque había una versión reciente en español, que se publicó en Londres por primera vez en 1870, y no hubo otra hasta 1994. Es importante que explique quién es Barton. Barton escribe este libro porque él viene justo en ese momento de la guerra para ver cuál es la versión de los hechos.

Él era viajero inglés con un cargo diplomático en Brasil pero también era un erudito en la escritura y en lenguas, había traducido del árabe “Las mil y una noche”. También tradujo varios libros eróticos como “El Kamazutra” “El jardín perfumado”. Viene acá como corresponsal de guerra y con la idea de desmentir lo que ve en la prensa y ver con sus propios ojos qué es lo que pasa. Por ese motivo yo, de alguna manera, de ahí tomo la idea con la estructura del relato largo cuando él ya está volviendo a Londres. En todo ese viaje que dura 35 días, él va a rememorar esos tres viajes, -en realidad él hace dos, yo le invento un tercero por cuestiones de la intriga de la novela-, donde va a recordar todos los sitios bélicos.

APU: En ese marco de lucha de relatos que termina siendo la Guerra de la Triple Infamia. Recordemos que Mitre con La Nación Argentina en ese momento también era una tergiversación de lo que realmente sucedía. Remarcás mucho en el libro cuándo comienza esta guerra, porque muchas veces se endilga o al menos lo hizo así Argentina, la implicancia de lo que fue esa supuesta invasión por parte del Paraguay a Corrientes sin aviso previo.

MR: Claro, exactamente. En realidad uno de los puntos que quiero remarcar es desmentir esa idea que siempre se intentó sostener de que la guerra había comenzado con ese ataque. Cuando voy leyendo documentos veo que en realidad la guerra se venía planeando desde hace rato. Empieza con la caída de Paysandú, porque había una especie de convenio establecido que con la independencia de Uruguay nadie se iba a meter, ya que cualquier intromisión iba a indicar la ruptura de los países del Plata.

Mitre ya había dado su apoyo a Venancio Flores cuando estaba acá en Buenos Aires. La caída de Paysandú es el 2 de enero, en febrero se empiezan a reunir en Paraguay y se decide la declaración de guerra que tarda en llegar. Hay un capítulo entero que le dedico a la declaración de guerra porque justamente ahí tiene intervención Félix Egusquiza, cuando la Corte Suprema Argentina le hace un juicio por traición. Absurdamente porque él era paraguayo, era el encargado de los negocios en representación del gobierno paraguayo acá en Argentina.

Todo eso lo voy dilucidando al final de la novela pero en el interrogatorio que le hacen acaba diciendo que la declaración de guerra la rompió del disgusto. La declaración evidentemente no llega pero todo el mundo sabía porque había sido publicado en Paraguay, circuló en La Nación Argentina que era un diario anterior a la Nación que era de Mitre. En una edición del 8 de abril se decía que Paraguay le había declarado la guerra a Argentina.

APU: Después se presenta como que no existía eso. También trabajás el heroísmo del pueblo paraguayo, hablás de traiciones y enmarcás en eso a los masones, esta también es una parte de la historia.

MR: Me parece que son dos cosas bastantes diferentes. Hay traiciones y la novela justamente va a hablar de este fusilamiento que cuento en el primer capítulo, la captura, la tortura y el fusilamiento de estas doce personas, donde uno de los fusilados es el hermano de Solano López, el cuñado, el obispo. En religad son personas importantes y cuando le preguntan a Barton por qué razón, él dice, por traición. Toda la novela intenta, a medida que me acerco a la conspiración, de ver las razones de ese fusilamiento. Traidores había afuera y adentro, acá en Argentina había muchos inmigrados paraguayos.

APU: Ahí pensaba lo de las logias, en ese tipo de traición.

MR: No, ahí está la legión paraguaya que son esos inmigrados paraguayos que tenían coincidencia con los argentinos y los de la alianza. Justamente menciono en el libro, en un determinado momento que estos otros legionarios, incluso, antes que se declare la guerra, -la guerra era un deseo porque querían terminar con la libre navegación de los ríos- se van a Brasil para participar junto con la alianza en esta guerra contra Paraguay, sin embargo, son paraguayos. Lo que sí menciono sobre la masonería, es porque cuando empiezo a investigar en los papeles que tengo de Egusquiza hay un libro que se llama “Conclusión de la constitución de la masonería argentina”, Egusquisa era paraguayo.

Ahí aparece como vicepresidente 2º y con el grado 33 que es el grado máximo de la masonería que pertenece al Consejo Supremo de Oriente. Eso me produjo ciertos interrogantes, busqué información de la masonería y dice que Egusquisa fue iniciado en el 69. En 1864 que es la fecha del libro figura con el grado 33, entonces, muchas cosas me empezaban a hacer ruido. Más adelante cuando me entero que Roque Pérez va a tener intervención en agosto del 69 a raíz de la decisión de formar ese gobierno provisorio.

En un momento se embarcan, Roque Pérez que es el fundador de la masonería argentina, Varano maestro de la masonería brasilera y Egusquisa. También tenía muchas cartas del ministro de relaciones exteriores que es uno de los fusilados, dirigidas a Egusquisa y empecé a hacer análisis del discurso, empecé a ver similitudes en muchas cosas y en el capítulo 15, comienzo a explicar todo eso. Tal vez es importante conocer cómo funcionaban las logias, funcionaban como talleres donde tenías la posibilidad de tomar contacto con las nuevas ideas, sociales, económicas.

Cuando me puse en contacto con escritores paraguayos por este tema, me dicen que la masonería había empezado después de la guerra. Investigando encuentro que había logias que funcionaban en Barcos, Barco Causeway, ese dato también lo encuentro en el texto de Barton, así voy cruzando información y armando el rompecabezas.