Gabriela Lucatelli: “Se hace imposible leer un poema del libro y no recordar automáticamente a alguien”

Gabriela Lucatelli: “Se hace imposible leer un poema del libro y no recordar automáticamente a alguien”

01 Enero 2017

 

Por Boris Katunaric

APU: ¿Desde cuándo escribís poesía? ¿Qué te llevó hacia ella? ¿Cómo te encontraste con este lenguaje para expresarte?

Gabriela Lucatelli: No vengo de una familia de escritores, por ende nunca pude descubrir qué fue lo que me acercó a la escritura, a eso de los siete años. Al principio escribía muchos cuentos y cartas. Recién entrada en la preadolescencia me di cuenta de que la narrativa no me llenaba, que no lograba transmitir lo que quería con ella. En cambio, hubo algo en la poesía que me enamoró: Su brevedad. Me va mejor diciendo mucho con poco. Desde ahí, dejé la narrativa para siempre.

APU: ¿Cómo te encontraste a la hora de encarar una primer obra? ¿Cómo fue el proceso de escribir un libro?

GL: En realidad nunca forcé la situación de ponerme a escribir un libro. Lo escribí sin percibirlo. El libro es una selección de todo lo que fui escribiendo en la adolescencia, y por ese entonces ni siquiera se me pasaba por la cabeza la idea de publicar. Recién este año leí todo lo que tenía y sentí que era el momento de hacerlo.

APU: Tus poemas tienen un eje central, el desamor ¿por qué elegís este tema?

GL: Pienso mucho en eso. Por un lado, busco que haya una empatía con el otro. Se hace imposible leer un poema del libro y no recordar automáticamente a alguien. Nunca me gustó escribir sobre que la vida es de color rosa cuando en realidad no lo es. Y el desamor como sentimiento me acompañó durante casi toda la adolescencia, al igual que el tema de los desencuentros, llegar tarde a la vida de las personas que uno ama, etc... Escribo poesía porque deseo hablar de los sentimientos más dolorosos y profundos, y el desamor es uno de ellos.

APU: ¿Cuál es el rol de la mujer pensado desde tu poesía?

GL: En los poemas siempre hablo de mí, por más que la mayoría hablen en tercera persona hay subjetividad. Entonces, es un rol un poco extraño, porque me coloco en una posición de inferioridad y vulnerabilidad con respecto al resto, a ese poco amor propio que llegás a tener como para humillarte ante el otro y todas sus variantes. En el poema "La mujer" obviamente, la que habla es una mujer muy sufrida.

APU: ¿Qué autores influyeron mayormente en tu obra?

GL: Leo de todo, y creo que de cada escritor uno va formando su propio estilo. Somos la consecuencia de lo que leemos. Alejandra Pizarnik influyó de una manera maravillosa en mí (como en cualquier adolescente) pero varios poemas del libro ya los tenía escritos desde antes de leerla seriamente, asi que nunca intenté copiarme. Es más que nada una escritora con la que me identifico muchísimo por los temas que rodeaban todo el tiempo su poesía.

APU: Tu libro empieza con una frase que dice “Quizás al mundo no lo salve ni el amor ni el arte, pero sí estoy segura de que harán mucho más placentera la destrucción” ¿cuál es el concepto de destrucción que tratás?

GL. Elegí esa frase para abrir el libro porque escribí los poemas en momentos muy dolorosos y difíciles de mi vida. Sufrí depresión y ataques de pánico durante casi toda la adolescencia, y literalmente, la escritura me ayudó a salir del pozo. Me sostuvo, me abrazó, me acarició. Me dio la esperanza de que había vida allá afuera a pesar de los demonios que tenía dentro mío. Y no, la poesía no salvará al mundo, pero ayudará a darle esperanzas a la gente cuando sienta que ya no le queda nada. Como lo hizo conmigo.

APU: Siendo tan reciente este primer libro ¿Seguís trabajando? ¿Pensás en un nuevo libro?

GL: Sigo escribiendo, y mucho. Últimamente ando siempre con un cuadernito en el bolso por si me inspiro en la calle mientras camino sola. (me inspiro en lugares y momentos muy extraños) Pero por ahora, quiero promocionar bien este libro y luego ver qué sucede. Planeo hacer una nueva edición ahora en el verano, presentarlo, distribuirlo y darlo a conocer por más lados, llegar a los colegios, comenzar a dar talleres, etc. Siento que aún soy muy chica para sacar material nuevo.