"Frente a un sistema institucional cerrado el anarquismo era una respuesta frontal"

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"Frente a un sistema institucional cerrado el anarquismo era una respuesta frontal"

12 Febrero 2013

Por Nahuel Placanica I

Agencia Paco Urondo: ¿Cuándo se empiezan a expandir las ideas anarquistas en Argentina?

Nicolás Iñigo Carreras: Sobre finales del Siglo XIX. En los comienzos del movimiento obrero, en la década del 80 y comienzos del 90, predominaban las ideas marxistas. Hacia fines del Siglo XIX y la primera década del 1900 se expanden las ideas anarquistas.

APU: ¿A qué se debe este fenómeno?

NIC: Varios elementos. Se suele atribuir a la presencia de algunos militantes anarquistas importantes como Pietro Gori que difundieron sus ideas. Hay que tener en cuenta que frente a un sistema institucional que se cerró al movimiento obrero, el anarquismo era una respuesta frontal a esa situación mientras las corrientes socialistas buscaban entrar a un sistema que no les daba espacio.

APU: En un momento forman una central de trabajadores, una federación, ¿Es así?

NIC: Hay varios intentos fallidos en la década del noventa. La primera central que va a tener continuidad aunque con cambios en su principal orientación político – ideológica es la Federación Obrera Argentina en 1901, que después se cambia el nombre por  Federación Obrera Regional Argentina, de ahí se van escindir los sindicatos que forman la Unión General de Trabajadores mientras la FORA continua.

Después va a haber realineamientos, entre la UGT y otros sindicatos forman la Confederación  Obrera Regional Argentina (CORA). Después en 1915 participan del congreso de unificación de FORA e inmediatamente se escinde la central en dos: la FORA del quinto congreso que reivindica el comunismo anárquico y la FORA del noveno congreso donde hay sindicalistas, socialistas y anarquistas y después, comunistas. Esa FORA del noveno congreso después se va a llamar USA y de ahí se va desprender la Confederación Obrera Argentina a mediados de los ´20 y más tarde el Comité de Unidad Sindical Clasista.  Recién en la década del  30 la CORA y la USA se unifican y forman la CGT a la que se van incorporar los sindicatos del Comité de Unidad Sindical Clasista.

Todo este periodo que va de comienzo de siglo hasta la década del 30, la FORA comunista-anárquica del quinto congreso sigue existiendo pero cada vez más reducida. Desde la militancia anarquista que en la década del 10,20 y 30 tiene peso en el movimiento obrero pero en muchas oportunidades no se canaliza a través del FORA.

APU: ¿En qué sindicatos tenían presencia los anarquistas?

NIC: Es según los momentos. En un comienzo en Carreros. También en los gremios de la construcción. La Federación Obrera Marítima  era anarco sindicalista, uno de los principales dirigentes marítimos, Moran, era anarquista. Ya más avanzados, en la década del 30, los pintores era un sindicato donde una de las corrientes anarquistas, la Alianza Obrera Spartacus tenía mucho peso. Los socialistas tenían más peso en sindicatos ferroviarios y comercio.

APU: ¿Cómo va a ser la relación del anarquismo con la masa obrera que surge a partir de la industrialización a partir de sustitución de importaciones?

NIC:  Hay una intensificación de la industrialización en los años 30 pero no empieza allí porque hay industrialización desde fines del Siglo XIX, sobre todo en producción de alimentos, prendas de vestir, metalúrgica. Recordemos que la semana de enero de 1919, la llamada Semana Trágica, comienza a partir de una huelga  de los metalúrgicos en los talleres Vasena. En esa época en la industria alimentaria estaban los frigoríficos y estaban los ferrocarriles que, si bien se consideran servicios, en los talleres ferroviarios se produce.

Ya en la década del 30 la tendencia mayoritaria del movimiento obrero es buscar formar parte del sistema institucional. En ese sentido, el anarquismo que confronta con el sistema institucional ve muy reducido su campo de acción. Eso no significa que no exista, si uno ve las luchas de los años 20 y 30 va a ver que en lucha callejera los anarquistas tuvieron una participación importante. Pero frente al peso de la masa de trabajadores organizados en la CGT con conducciones sindicalistas, socialistas y comunistas, el anarquismo había perdido espacio.

Como muchas corrientes, algunos sectores se vuelcan al peronismo pero sin ser numéricamente importante, ningún dirigente que yo recuerde se suma. Las figuras anarquistas en ese momento están más en el movimiento intelectual aunque hay trabajadores. Con el socialismo es distinto, el Ministro de Interior de Perón durante los primeros gobiernos era alguien que venia del movimiento sindical y era socialistas, Ángel Borlengui. Lo mismo Bramuglia, que fue canciller y muchos otros.

APU: Por mucho tiempo el sistema político los excluía a los trabajadores. Cuando eso cambia con el yrigoyenismo, ¿Los socialistas y los anarquistas empiezan a perder influencia en el movimiento obrero?

NIC: En la masa obrera siempre hubo militantes y votantes radicales, pero en las direcciones sindicales tenía poco peso el radicalismo. Sí tuvo una relación o diálogo fluido con las corrientes sindicalistas que eran los que conducían la FORA del noveno congreso y después la Unión Sindical Argentina.

Al comienzo de su gobierno, la política que se dio Yrigoyen fue no intervenir a favor de las patronales dándole una gran fuerza al movimiento obrero, a diferencia de los gobiernos conservadores que le intervenian a favor de las patronales.

El gobierno tiene una actitud dual. En la Semana Trágica de 1919 el gobierno de Yrigoyen se enfrenta al movimiento obrero, sobre todo a las masas en la calle. Lo que hay que tener presente para decir si tuvo una política pro-obrera o anti-obrera es que con los trabajadores que tienen la suficiente fuerza como para pesar en la economía del país, como los marítimos y los ferroviarios, siendo necesario negociar con ellos, el gobierno entabla relaciones fluidas. Por otro lado, otros obreros que no tienen la misma fuerza, como los rurales de la Patagonia o los de los frigoríficos, el gobierno es duro en la represión. Hay que recordar los 700 muertos de la Semana Trágica y los más de mil de las huelgas de la Patagonia.

¿Eso es contradictorio con haber impulsado leyes que favorecían a algunos obreros o incluso al conjunto? No, porque mientras los que se movilicen sean las organizaciones obreras más fuertes y no pongan en cuestión el sistema, se reconocen algunas demandas. Cuando se movilizan fracciones más débiles o ponen en cuestión el sistema, aunque sea potencialmente, ahí la defensa del sistema capitalista es absoluta. Entonces con unos negocia y con otro mano dura.

APU: Juan Carlos Torres, dice que en Argentina se daba un fenómeno en el que muchas veces los trabajadores votaban conducciones sindicales anarquistas, socialistas o comunistas pero en el plano político votaban partidos democráticos populares y no partidos clasistas. ¿Qué visión tiene el respecto?

NIC: Me queda claro que es así, sobre todo a partir de la década del 50. Antes hay que tener en claro que el partido socialista tuvo una presencia muy importante, no solo durante la proscripción radical que fue cuando tuvo más diputados, antes de eso había crecido y tuvo varias intendencias, la mayoría del consejo deliberante de CABA, todas las intendencias de La Pampa y el Chaco era socialistas y también otras. En su alineamiento contra el peronismo perdieron todo.

Se dio muchas veces el caso de elecciones o movilizaciones sindicales que en el lugar del trabajo eran conducidas por organizaciones de izquierda pero eso no se trasladaba al voto de los partidos. Creo que eso significa en el caso del peronismo que éste significaba como experiencia histórica una alianza que les permitía de impulsar su política en términos económicos y en términos de influencia política. El peronismo democratizaba así el sistema.