Desaparecido: memorias de un cautiverio

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Desaparecido: memorias de un cautiverio

16 Noviembre 2011

“Soy un ex desaparecido, un sobreviviente, o si se quiere un desaparecido reaparecido. El 18 de noviembre de 1977 a las nueve de la mañana me secuestraron en plena calle en la ciudad de Buenos Aires. No lo sabía entonces, pero cuando un grupo de hombres armados y vestidos de civil me sacó del auto por la fuerza, me convertí en un desaparecido por los siguientes tres años y ocho meses de mi vida. Durante ese largo tiempo que hoy puedo medir cronológicamente pero que mientras duró consistió simplemente en tratar de sobrevivir cada día hasta el siguiente, pasé por los centros clandestinos de detención conocidos como el Club Atlético, el Banco, el Olimpo, el Pozo de Quilmes y la ESMA […] Éste es entonces el relato de mi paso por el infierno”.

Con estas palabras comienza este libro en el que Mario Villani, posiblemente el argentino que más tiempo permaneció secuestrado en los centros clandestinos de detención y tortura de la dictadura argentina, relata su increíble historia de resistencia y supervivencia. Villani es un físico que enseñó en la Universidad de La Plata y trabajó en la Comisión Nacional de Energía Atómica. Tenía 38 años cuando un grupo armado lo secuestró y a partir de entonces se vio forzado a trabajar como mano de obra esclava en cinco diferentes centros clandestinos. Durante cuarenta y cuatro interminables meses, debió mentir, simular y ocultar sus verdaderos sentimientos mientras reparaba aparatos electrónicos, máquinas y autos para que no lo mataran. Tras ser liberado, ocupó un puesto en el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), integró la Asociación de Ex Detenidos-Desaparecidos y, hasta su mudanza a Miami en 2003, fue miembro del grupo encargado de la recuperación arqueológica de las ruinas del antiguo campo de concentración Club Atlético en Buenos Aires. Tras su liberación testimonió ante la CONADEP, en el Juicio a las juntas de 1985, en los llamados “juicios de la verdad” de La Plata en 1999, en varias causas abiertas en juzgados de Francia, España e Italia, en el juicio de la Audiencia Nacional de Madrid en 2005 contra el ex capitán naval Adolfo Scilingo por su participación en los vuelos de la muerte, y finalmente en 2010 y 2011 en los juicios conocidos como “ABO” (Atlético-Banco-Olimpo) y “ESMA”. En 2003 se mudó a Miami donde vive actualmente con su esposa Rosita. En la fotografía que aquí publicamos, lo vemos primero a la izquierda, en la visita a la ESMA el 24 de marzo de 2004, junto a Nestor Kirchner. 

La historia de Villani se ha mencionado muchas veces en ensayos sobre el terrorismo de Estado en Argentina: A Lexicon of Terror. Argentina and the Legacies of Torture (Marguerite Feitlowitz), ESMA. Fenomenología de la desaparición (Claudio Martyniuk), Sano juicio (Eduardo Anguita), El silencio (Horacio Verbitsky), El Tano. Desaparecidos italiani in Argentina (Carlo Figari). También ha aparecido en cine: Garage Olimpo (Marco Bechis), Montoneros, una historia (Andrés Di Tella), Prohibido (Andrés Di Tella), Tortionnaire (Frederic Brunnquell y Pascal Vasselin), The Disappeared (Peter Sanders).

Entre 2008 y 2010, el profesor argentino Fernando Reati, residente en Estados Unidos desde la década del 80, entrevistó a Villani en Miami y juntos dieron forma a esta historia en base a largas horas de charlas grabadas, conversaciones telefónicas y correos electrónicos. El objetivo fue dar forma literaria a una traumática experiencia individual como síntesis de una época, en un texto a mitad de camino entre la memoria, la biografía y el testimonio que intenta dar respuesta a ciertas preguntas: ¿cómo fue la vivencia de quienes estuvieron secuestrados? ¿Qué se siente al estar encapuchado por semanas o meses, escuchando los gritos de los supliciados? ¿Se puede volver a la realidad y sacar fuerzas para seguir viviendo después de semejante experiencia? Y sobre todo, ¿cómo narrar aquello que por su naturaleza misma es inenarrable?
En este sentido, este libro pertenece a la tradición de textos sobre lo indecible del trauma, en particular los que reflexionan sobre el Holocausto: Primo Levi, Elie Wiesel, Viktor Frankl, Jorge Semprún, Imre Kertész, Hanna Arendt. El testimonio de Villani pone sobre el tapete importantes cuestiones políticas, éticas y filosóficas referidas al pasado argentino, especialmente cuando se pregunta por los límites de la supervivencia, cuándo la colaboración de un prisionero con el mantenimiento del campo se hace inadmisible, y cómo es posible que torturadores y torturados a veces mantengan un diálogo o incluso jueguen un partido de ajedrez. En otras palabras, el relato de Villani traslada a Argentina la problemática de la experiencia concentracionaria que Primo Levi calificó de “la zona gris” al hablar sobre sus experiencias en Auschwitz, vale decir qué significa sobrevivir en un campo de exterminio, cuáles son los dilemas morales cotidianos, y cómo los seres humanos se confrontan a situaciones para la mayoría de nosotros impensables.

En ese mundo gris y ambiguo de los centros clandestinos argentinos, morir no fue necesariamente prueba última de heroísmo ni sobrevivir lo fue de traición a los ideales. Villani se ha preguntado mil veces por qué él sobrevivió y otros no. En este libro sólo alcanza a responder: “¿Por qué hoy estoy vivo? No lo sé, no soy yo quien lo decidió”. Con la introspección que sólo tres décadas de reflexión pueden otorgar, Villani ofrece aquí sus memorias no como una respuesta sino como una invitación al debate.

(Desaparecido: memorias de un cautiverio - Club Atlético, el Banco, el Olimpo, Pozo de Quilmes y ESMA. Autores: Fernando Reati y Mario Villani, Colección: Latitud Sur, Editorial Biblos)