“Antecesoras”: poetas traducidas por Proyecto Medusa para contribuir a la revisión del canon tradicional

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Informe de un día

“Antecesoras”: poetas traducidas por Proyecto Medusa para contribuir a la revisión del canon tradicional

04 Septiembre 2022

La traducción es un pasaje hacia la interpretación, un servicio en función del lenguaje, un proceso de apropiación, también puede ser un hecho político.

Proyecto Medusa es un grupo de mujeres traductoras que se conocieron en el taller virtual de pandemia de Daniela Camozzi: Gabriela Raya, Isadora Paolucci, Mariángel Mauri, Melisa Papillo, Mónica Rosenblum, Natalia Leiderman y Paula Preuss.

 Luego de recorrer los caminos de la traducción en distintos aspectos tomaron la decisión de darles voz a poetas del siglo XIX y XX cuyas obras no se conocían en español siendo que formaban parte de un mundo que solo les daba lugar a los hombres. Con este objetivo Medusa hace un aporte a la revisión del canon tradicional y publica Antecesoras por editorial Llantén. Este el principio de un proyecto colectivo y feminista que a través de la traducción y la investigación busca una nueva genealogía.

Las antecesoras son: Elizabeth Browning (Inglaterra, 1806-1861), Emily Brontë (Inglaterra,1818-1848), Christina Rossetti (Inglaterra, 1830-1894), Amy Lowell (Estados Unidos, 1874-1925), Sara Teasdale (Estados Unidos, 1884-1933) y Edna St. Vincent Millay (Estados Unidos, 1892-1950).

El desafío consistió en elegir, seleccionar, leer, repartir y traducir más de cien poemas cada una, de los cuales quedaron alrededor de 89. El libro además es de edición bilingüe.

Los encuentros virtuales infinitos de trabajo y la unificación de criterios lograron una obra compleja con un efecto mágico donde las distintas voces se complementan y se retroalimentan entre sí.

La selección de los poemas tampoco fue al azar. Existe en el libro una constelación perfecta que une experiencias similares, formas de vida y hábitos de las mujeres cuya herramienta de emancipación era la palabra con su cadencia, ritmo y fuerza poética.

El acierto del libro es la acción que conecta a Medusa con las seis poetas elegidas.

“Según Teresa Arijón, la traducción no es un puente, sino el salto que crea el puente. Fuimos hacia nuestras seis autoras desde ese movimiento, con un gesto de interpretación  que tocara sus voces potentes en un sentido múltiple: alcanzarlas, alojarlas, recrearlas. Al interpretar así, y al hacerlo en grupo, nos constituimos en otra comarca. Transformamos en comunitaria una tarea que, en general, se asocia con la soledad del escritorio.”

En Antecesoras cada poeta está presentada por una breve biografía con detalles personales y vinculados al mundo literario.

Amy Lowell decía: “Dios me hizo mujer de negocios. Y yo me hice poeta” dueña de una personalidad fuerte y perseverante la biografía cuenta que “Fue blanco de críticas, censuras y bromas malintencionadas, sobre todo después de su desencuentro literario con Pound; la criticaban por su cuerpo (Pound llegó a llamarla “hipopoeta”), su forma de vestir y su comportamiento social: en un sociedad machista y patriarcal, su risa estrepitosa y su costumbre de fumar habanos quedaban estrictamente ligadas al mundo masculino.”

La inserción en la poesía fue difícil para estas mujeres que rompieron las estructuras de una época comandada por hombres, por ejemplo Elizabeth Browning que abordaba en sus poemas temas como la esclavitud, el trabajo infantil y la condición social de la mujer, tuvo que firmar sus primeras publicaciones con nombre de varón y tiene un poema dedicado a George Sand.

Estados de ánimo, paisajes, amor, erotismo, muerte, belleza, fe, libertad, desigualdad, feminismo conviven en los tópicos de las seis poetas traducidas.

Proyecto Medusa

Ya no ser

¡Cómo cansa la vida!, dijo ella,

     y más si eres mujer: cómo quisiera,

cómo quisiera ser hombre

    o, mejor, ya no ser.

 

No ser nada en este mundo,

    ni un cuerpo ni un alma:

un grano de arena

    o una gota en el mar.

 

El mundo seguirá su vaivén,

    las estaciones, su compás:

florecerá la flor como siempre,

    madurará el fruto, zumbará la abeja.

 

Nadie me extrañará en este mundo,

     nadie me llorará:

no seré nada, mientras los demás

     se despiertan, se cansan, se duermen.

(Christina Rossetti)

 

Justicia poética

Dicen que los arboles de doble floración no dan fruto,

y yo tengo muchas flores

con pétalos que astutos se arremolinan

en torno a un centro vacío,

blancos como el papel, y caen apenas los toca el viento.

Pero cuando queda ninguno

solo las hojas verdes atrapan la luz del sol,

hojas de un verde monótono

que no esconden nada.

 (Amy Lowell)

 

Miedo

Estoy asustada, ay, estoy tan asustada.

Un miedo oscuro y frío me atenaza esta noche

como hace tiempo cuando se llevaban la luz

y esa nena quedaba inmóvil, desvelada,

y al pensar en la muerte se ponía a rezar.

Mi corazón se agita: se detendrá de pronto,

no sabré distinguir si es de día o de noche.

¿Será que deberé luchar con esa sombra?

¿Nadie vendrá a ahuyentar de mí este Terror,

la honda oscuridad que no da paso al día?

¿Cómo van a dejarme en la tiniebla, sola,

a mí que tanto amé la dicha de la luz,

y adoré la caricia y el rumor de las cosas?

¿Cómo van a callarme debajo de una roca?

 (Sara Teasdale)

 

Antecesoras es fruto de un trabajo colectivo, es complicidad, consenso, intercambio y transformación. La introducción menciona a Diana Bellessi y dice: “Caímos bajo el hechizo, capturadas por el deseo de escuchar y de leer profundamente” un efecto continuo y circular en el que también caemos quienes las leemos.