Amar y vivir libremente en un país liberado

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Amar y vivir libremente en un país liberado

01 Diciembre 2012

Por Luciana Sousa l Uno de los aspectos más ignorados a la hora de abordar la vida de Néstor Perlongher es su trayectoria política: Perlongher fue un militante por los derechos de los homosexuales. Sus ideas y discusiones, dentro y fuera del Frente de Liberación Homosexual, son precedentes importantes en la lucha por la ampliación de derechos sexuales en la Argentina. Perlongher insistió en la consigna  “amar y vivir libremente en un país liberado”. Así resumía no sólo una cruzada por los derechos de los homosexuales sino un llamado a que todas las personas puedan vivir su sexualidad libremente. Algo impensado para la sociedad de su época, que vivía el sexo en blanco y negro.

En la tarea de insertar a la minoría que constituía la población declarada abiertamente homosexual en un espacio político, Perlongher se encontró con organizaciones que les cerraban las puertas o los aceptaban de forma clandestina: la derecha consideraba la homosexualidad como una degeneración biológica y la izquierda como una deformación del capitalismo.

El poeta comienza su militancia en el frente estudiantil del Partido Obrero, organización de la que se va, manifestando su rechazo al machismo y la mojigatería que abunda en este espacio. En 1971 se crea el Frente de Liberación Homosexual (FHL), inicialmente constituido por escritores e intelectuales como Juan José Sebreli, Manuel Puig y Juan José Hernández. Perlongher se suma poco tiempo después: con su ingreso comienzan las actividades en conjunto con la Unión de Feministas Argentinas (UFA) y el Movimiento de Liberación Feminista (MLF). Así constituye un grupo de discusión entre feministas, homosexuales y varones heterosexuales, interesados en politizar el tema, hasta entonces privado, de la sexualidad.

No tan distintos
La militancia de Perlongher excede los meros gestos de rebeldía para constituir espacios de discusión y reflexión en los que aborda, analiza y condena la opresión en todas sus formas: como en la poesía, el pensamiento de Perlongher es corrosivo para un sistema social y político machista e hipócrita, incluso dentro de la comunidad homosexual. Entre los aportes más significativos a la lucha por la liberación sexual en la Argentina se destaca su interés por discutir cierta “explicación psicologista” de la homosexualidad. Perlongher estudió y difundió las obras de Freud, Lacan, Reich, Masters y Johnson, así como materiales feministas y de organizaciones homosexuales extranjeras.

Dentro del FLH se opone a "la izquierda progresista", que afirma que los derechos homosexuales sólo pueden reconocerse en una sociedad socialista, por lo cual el homosexual debía esperar a que la clase obrera alcanzara el poder, instaurando la "dictadura del proletariado".  A esto, Perlongher expone la situación en la URSS y Cuba, sosteniendo que de ninguna manera debían postergar su lucha; debían más bien, solidarizarse siempre con la lucha del proletariado pero emprendiendo al mismo tiempo una lucha simultánea, que fuera desterrando de la sociedad vicios como el machismo, la discriminación, la represión sexual, entre otros.

Asimismo, condena a compañeros del Frente que menosprecian la figura del “marica”; Perlongher la reivindica como desafío a los roles sexuales estereotipados y como ruptura con la cultura machista. A partir de esta reivindicación del hombre afeminado, sienta un antecedente en la discusión acerca del travesti y el transexual que se instalaría años después.

En esta época, además, Perlongher, edita el documento Sexo y Revolución y la colección de la revista Somos, testimonios de las luchas, ideas y discusiones al interior del Frente. Escribe allí: “En la Argentina militar, la política del Estado se ha dirigido a evitar la consumación –dificultar el "acto" sexual–. Así, hacer el amor ha dejado de ser un pecado para convertirse en un milagro (…).La llamada "normalidad" se ha encargado de mostrar suficientemente en la Argentina lo doloroso de su fracaso. Si para mantener a los homosexuales fuera de las calles, es preciso llamar a la policía, entonces queda evidente que esa "normalidad" no funciona por "naturalidad" sino por el peso de las armas. Si la llamada "normalidad" precisa de la dictadura para sobrevivir, entonces revélase ella misma anómala (...) En este momento el lector abraza tiernamente a su esposa: yo no tengo, gracias a Dios, nada que ver con la homosexualidad. ¿Está usted seguro? ¿No será usted en su tibia normalidad, un cómplice complaciente de ese reiterado escarnio? Su miedo a la sexualidad ¿no tendría que ver con la represión moral que familias y policías inculcan desde pequeño?” (Sexo y Revolución).

Putos Peronistas
Perón, y en particular la figura de Eva, lo cautivan como hecho maldito, transgresor. El Frente de Liberación Homosexual, una de cuyas consignas políticas era "para que reine en el pueblo el amor y la igualdad" (frase tomada de la marcha peronista), participa en la asunción de Héctor Cámpora y en Ezeiza, en donde se integró a la columna de Montoneros.  La vuelta de Perón representa el fin de las proscripciones. Pero cuando comienzan las persecuciones de la derecha peronista, la izquierda, lejos de repudiar las agresiones fascistas, se despega para que "no los confundieran": popularizan el canto "No somos putos, no somos faloperos, somos soldados de FAR y Montoneros".

Con el inicio de la dictadura cívico-militar de 1976, el Frente pasa a la clandestinidad. Perlongher es acusado por corrupción de menores y pasa un tiempo preso. Hacia 1978 escribe informes denunciando persecuciones, torturas y desapariciones de compañeros homosexuales. Firma con el seudónimo de “Victor Bosch”.
En 1981 se instala en Brasil y, hacia 1984, abandona la lucha homosexual organizada. Influenciado por autores postestructuralistas como Deleuze, Guattari, Foucault y Bataille, se vuelca a la reflexión por la identidad y las relaciones de poder inter-género. Asimismo, impactado por el virus del VIH, que contrae hacia 1988, desarrolla un extenso análisis de los cambios en las costumbres sexuales con una visión antropológica: sus trabajos El fantasma del SIDAEl negocio del misce (escritos antes de padecer su enfermedad) y su monografía La muerte de la homosexualidad, escrita durante su propio padecimiento, dan cuenta de esta etapa en su obra.
El 26 de noviembre de 1992, Néstor Perlongher fallece a raíz de una septicemia generalizada producida por el SIDA.