Svampa: "Hay que desactivar el mito que consiste en que la minería crea puestos de trabajo"

Svampa: "Hay que desactivar el mito que consiste en que la minería crea puestos de trabajo"

12 Febrero 2012

APU: ¿De qué manera se da la minería en Latinoamérica?

MS: Esto hay que entenderlo en un proceso más general, que en los últimos 20años está ligado al boom del precio de los commodities de materias primas y a la consolidación de esta nueva división del trabajo entre los países periféricos, dependientes,  que proveen materias primas y subsidian el consumo de los países más poderosos. El modelo minero debe comprenderse en este esquema asimétrico de distribución de desigualdades económicas, sociales, culturales ambientales, y en ese sentido, la  minería es como una suerte de figura extrema del extractivismo porque sintetiza deterioro institucional, es un marco normativo sumamente favorable a la minera, que se instaló en los años noventa y ha sido profundizado hasta la época actual, implica, en ese sentido, despojo de riquezas, no nos olvidemos que estamos hablando de recursos no renovables y depredación ambiental porque esto trae una serie de efectos y consecuencias que tienen que ver con la contaminación del agua, la contaminación del aire, los pasivos ambientales, los problemas en la salud, que ha agravado este tipo de minería. Digámoslo claramente, los movimientos socio-ambientales que se han gestado contra la minería en toda América latina no cuestionan todo tipo de minería sino este tipo de minería, que operan a gran escala, con sustancias químicas contaminantes, que despliegan grandes cantidades de agua y emplea gran cantidad de electricidad. Es un modelo que afecta también  los derechos de las poblaciones, el derecho a elegir un modelo de desarrollo y afecta su forma de vida. Siempre me gusta insistir en la idea de que hay que pensarlo no solamente desde la dimensión económica y ambiental sino también desde una dimensión política porque, de alguna manera, es un modelo que pone en jaque a la democracia porque avanza sin el consenso de las poblaciones, viola derechos humanos, esto se expresa bajo la represión y la criminalización, pero también lo que hace es aniquilar formas de vida.

APU: ¿De qué manera se puede entender el fenómeno que, se da muchas veces, de  trabajadores mineros que salen a defender los emprendimientos en los que trabajan? ¿Cómo se pueden interpretar?

MS: Esto es algo que hay que problematizar en nuestro país  porque los trabajadores mineros que lo que hacen es defender sus fuentes de trabajo están siendo utilizados como fuerza de choque en muchos casos, para lanzarse contra las movilizaciones que cuestionan estos tipos de minería. Está pasando hoy en día en Catamarca, acaba de ser desalojado un corte selectivo a la Alumbrera, que se realizaba en Belen, por parte de trabajadores de la Alumbrera que en realidad, uno dice, efectivamente, están defendiendo su fuente de trabajo pero detrás de esto lo que esta son los intereses de las empresas que amén de eso sin duda más allá de todo, un trabajo inmenso a nivel cultural. Si no se gesta un cambio cultural que tenga que ver no solo con los modelos de producción sino con los de consumo, difícilmente le podamos pedir a un trabajador que comprenda o se solidarice con estas luchas porque lo único que va a ver es el interés puramente corporativo, es decir, la amenaza sobre su fuente de trabajo. Por supuesto, aquí lo que se está plateando son derechos más generales, que tienen que ver con la vida, con la protección del medioambiente, con la protección de las futuras generaciones. Incorporar todo eso no es fácil y requiere un gran trabajo y sobre todo un proyecto de cambio interesante que aliente esta nueva cultura de relación con la naturaleza.

APU: ¿La minería no puede ser vista como creadora de fuentes de trabajo y generadora de recursos para su posterior redistribución al conjunto de la sociedad?

MS: Hay que desactivar un mito que consiste en afirmar que la minería crea muchos puestos de trabajo. En realidad crea puestos de trabajo en la primera etapa del emprendimiento, siempre son menos de los que dice la empresa, esto crea la ilusión de trabajo permanente. Es trabajo transitorio, muy peligroso para la salud y después, no olvidemos  que a corto plazo y a mediano esto genera grandes pasivos ambientales. Hay que ver también la ecuación en términos más generales, es decir, no solo no crea fuentes  de trabajo estables sino que están hipotecando el futuro.

Por otro lado, hay un razonamiento por parte de los gobiernos progresistas que consiste en oponer reforma ambiental con reforma social y ahí hay que decir que, en realidad, nosotros estamos trabajando con colegas en Perú, en Ecuador, en Uruguay, con los que estamos repensando esta ecuación precisamente para romper con esa supuesta oposición de modo que se pueda pensar un escenario de salida al extractivismo que implique una reforma social y una moratoria de los proyectos extractivistas.

APU: ¿Tiene una visión más favorable en los casos de Ecuador y Bolivia?

MS: Hay debate. Sobre todo en Ecuador, hay grandes problemas, encontramos que hay un gobierno neodesarrollista que, con mucha prepotencia, está buscando implementar mega-proyectos mineros pero hay discusiones, y de hecho la Constitución se hizo eco en 2008 de estas discusiones, es la única que sancionó los derechos a la naturaleza. Hay una voluntad por pensar la salida al modelo primario exportador. En Bolivia, ha habido cambios políticos importantes, lo del Estado plurinacional no es solo una forma, la incorporación de lo indígena de desarrollo, pero se está abriendo la discusión. Se está abriendo la agenda, también ahora acá en Argentina, pero hay mucha más discusión política y teórica en otros países latinoamericanos.

APU: ¿Cómo ve al interior del movimiento socio-ambiental  el rol que juegan determinadas ONG`s?

MS: ONG`s hay muchas, de diverso calibre. Así como hay grandes ONG´S ambientalistas que son funcionales al modelo depredador, hay pequeñas ONG`s  ambientalista que tienen un ethos más activista y que apoyan y acompañan estos procesos, es un universo muy heterogéneo, no podemos hablar de un bloque único de ONG`s. Pongo el caso de Ecuador, Acción Ecológica que ha sido criminalizada, es un conjunto de militantes que están en el frente de lucha acompañando a las poblaciones indígenas campesinas. En Bolivia también LIDEMA, acompaña estos procesos, efectivamente  no podemos generalizar y ver caso por caso. Que hay una tradición de grande ONG´S ambientalistas funcionales, sin duda que la hay, pero en función de eso no podemos estigmatizar a todas las ONG`s. De todas maneras, los actores principales son las poblaciones porque son las que se ven afectadas, son ellas las que terminan tomando el protagonismo, como es el caso de Famatina, ahí no vemos que este protagonizada por las asambleas socio-ambientales o determinadas ONG`s, sino que es el conjunto de la población que ha tomado en sus manos esa lucha.

APU: ¿No se corre el riego de la despolitización de la cuestión a partir de la intervención de las ONG`s?

MS: No, a mi me parece que este tema politiza mucho más porque precisamente enfrenta a ciudadanos de pequeñas localidades frente a grandes corporaciones que en alianza con el Estado nacional y provincial, buscan implementar un modelo X, sin consultar a las poblaciones, así que la politización es mucho más rápida en la gente. Yo he visto casos de gente que no tenía una militancia política anterior y mucho menos una tradición ambientalista, que se ha politizado rápidamente y que además pasa de la cuestión puntual a una cuestión más general comprendiendo el proceso o el marco en el cual se desarrolla este conflicto. Hay un fenómeno de rápida politización que tiene que ver con esto de las asimetrías y con la intervención de actores transnacionales.