"Si Barañao sigue es para satisfacer las demandas de las corporaciones, no de los científicos"

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"Si Barañao sigue es para satisfacer las demandas de las corporaciones, no de los científicos"

19 Mayo 2016

 

Por Enrique de la Calle

APU: Adrián Paenza propuso un debate en torno a la situación de la ciencia argentina y al rol de Lino Barañao, funcionario que sigue desde la administración anterior. Barañao continuó en el Ministerio de Ciencia y Tecnología en nombre de la consolidación de una determinada política. ¿Hay continuidad entre un gobierno y otro en torno a la ciencia?

Nuria Giniger: La ciencia y las política de producción de conocimiento científico no son totalmente autónomas respecto de los proyectos políticos. Por el contrario, la producción científica -aunque conserva una autonomía relativa- fundamentalmente está asociada de forma directa con el estímulo y presupuesto que el Estado provee. Producir ciencias (sociales, de salud, exactas, naturales, ingeniería) es costoso: formación de los científicos e investigadores, insumos, trabajo empírico, bibliotecas (físicas y virtuales), intercambio con otros países y regiones, publicación de resultados, vinculación con sujetos sociales no científicos y desarrollo tecnológico.

La producción de conocimiento científico es una decisión política, en primer lugar, porque esa inversión debe hacerla el Estado. Y por tanto, si el proyecto que dirije el Estado considera que no hay necesidad de que se produzca conocimiento científico, esto no va a ocurrir.

En este sentido, el gobierno actual tiene una perspectiva de sujeción y sumisión con las multinacionales y los países centrales. En ese marco, lo que se supone que nos toca a los países periféricos es reproducir los conocimientos que en el centro se producen y en todo caso, hiper especializarnos y solo construir respuestas a problemas que no son agenda de nuestros pueblos. Y es por ello que el gobierno de Macri supone una ruptura en ciencia y técnica.

APU: ¿Qué cree que debería hacer Barañao?

NG: El ministro prometió quedarse a supuestamente "cuidar" lo logrado hasta ahora. Sin embargo, si la inversión en desarrollo científico y tecnológico es menor, si la devaluación destroza la capacidad de utilizar el presupuesto tal como se planificó, si los salarios de los trabajadores de la ciencia disminuyen (y los fuerzan a buscar otros trabajos), etc., no importa lo que el ministro "quiera": no hay continuidad. No hay cómo cuidar lo que se logró si baja el presupuesto y disminuyen las condiciones de trabajo y producción.

APU: ¿No hay ninguna continuidad entre un gobierno y el otro?

NG: A esta altura, a seis meses de este gobierno neoliberal, la ilusión de continuidad, o incluso de "mejora", ya están esfumándose entre todos los sectores sociales. Si el ministro aún está allí es para satisfacer las demandas de las corporaciones de la CEOcracia y no las de la comunidad científica y las necesidades enormes que nuestro pueblo tiene.

APU: ¿Cuáles son las demandas pendientes de la ciencia con este nuevo gobierno?

NG: La producción de conocimiento científico es un derecho que adquirimos en la lucha por una universidad pública de calidad, que desarrolla ciencias y técnicas, vinculada con las necesidad populares en muchos casos; en la lucha por un Conicet no ensimismado.

Es un derecho del conjunto del pueblo -no solo de los trabajadores de la ciencia- y como tal se defiende y se profundiza en la lucha, interpelando al Estado para que garantice la aplicación de ese derecho. Este gobierno, con sus políticas de ajuste, pretende que muchos derechos conquistados retrocedan o no se apliquen.

La demanda es que esas políticas de concentración de riqueza y de distribución cada vez más injusta se detengan: la inflación, la devaluación y los despidos. Y con ello, profundizar lo que se venía haciendo en materia de mejora de las condiciones de producción y trabajo científico, estrechamente articulado con la mejora sustantiva de la calidad de vida y trabajo de las mayorías.