“Las corporaciones que monopolizan la cadena agroalimentaria ganaron mucho poder en los 90”

“Las corporaciones que monopolizan la cadena agroalimentaria ganaron mucho poder en los 90”

08 Junio 2015

Por Enrique de la Calle

APU: ¿Por qué es importante la Cumbre de la FAO a la que asistió Cristina?

Diego Montón: La FAO viene en un proceso de recuperación de un protagonismo que durante la década neoliberal había perdido. El rol que ocupa la FAO dentro de Naciones Unidas había pasado a cumplirlo la Organización Mundial de Comercio; por lo tanto, la FAO había quedado subordinada a esa lógica y pregonando la idea de que el libre mercado en la agricultura, que es la agricultura industrial y el agronegocio, iban a resolver el tema del hambre, ellos hablaban de la seguridad alimentaria.

Ha pasado un proceso importante que tiene que ver mucho con los procesos en América Latina. La llegada de un brasilero como director de la FAO, que es Graziano Da Silva, en función de la lucha contra el hambre en Brasil, fue volviendo a jerarquizar la FAO y, en ese contexto, vuelve a ser una herramienta de la discusión en lo que se llama la gobernanza global de la agricultura y sobre el rol de la agricultura en la lucha contra el hambre. Por eso se están dando estos reconocimientos al gobierno argentino, brasilero, venezolano; porque recuperaron el rol del Estado para distribuir ingreso y de esa manera disminuir como se ha disminuido el flagelo del hambre en América Latina.

APU: ¿Representantes de la agricultura familiar acompañaron a la delegación argentina?

DM: Nosotros tenemos compañeros que no van en la delegación argentina como tal, sino que están en otras actividades que se están desarrollando ahí porque desde la vía campesina venimos con una participación de más de veinte años en FAO e, incluso, acompañando esta transformación.

A fines de la década del 90 discutimos fuertemente lo que proponía la FAO en el marco de la gran crisis alimentaria que atravesaba la humanidad con más de 800 millones de hambrientos y la FAO proponía monocultivo, agricultura industrial, se dio mucha lucha a nivel global para torcer eso y hoy la FAO vuelve a reconocer el rol de la agricultura familiar y campesina.

Incluso Graziano Da Silva, muchas veces, explícitamente, dijo que solamente de la mano de la agricultura familiar, campesina y de pequeña escala, es que vamos a poder terminar con el flagelo del hambre en el mundo. La FAO ha revalorizado el rol de la agroecología como la tecnología asociada a este modelo de agricultura, en esto hay delegaciones de la agricultura familiar y campesina de todo el mundo que van a este encuentro en Roma.

APU: ¿Cuáles le parece que deberían ser los temas centrales que hay que discutir en relación a la agricultura?

DM: Para nosotros, por un lado, lo que venimos planteando es el control y la posibilidad de regular a las corporaciones transnacionales: en eso se viene avanzando pero en la etapa neoliberal adquirieron una capacidad de presión y de desarrollo de corporaciones que monopolizan la cadena agroalimentaria.

Por otro lado, está el fomento y la promoción de la agricultura campesina para garantizar la permanencia en el campo y el acceso a la tierra. Para eso hay que fortalecer las políticas que tienen que ver con el desarrollo tecnológico que necesita la agricultura familiar, con los mercados locales que son, para nosotros, la llave que va a terminar con el problema del hambre. En nuestro país concretamente ese un tema crucial y que todavía nos queda mucho por recorrer.

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