"Una de las críticas que le hacíamos a Néstor era la no-construcción de fuerza política"

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Por Nahuel Placanica I

Agencia Paco Urondo: En el acto de Vélez se propuso la consigna Unidos y Organizados ¿qué significa esto para el colectivo militante?

Jorge Quito Aragón: Centralmente te puedo contar lo que es para la Martín Fierro, cada cual debe hacer su evaluación, aunque dudo que sean muy distintas. Durante la primera época, una de las críticas que le hacíamos a Néstor era la no construcción de fuerza política, con lo cual vemos muy bien que la presidenta plantee la construcción política de la presidenta. Esto implica dejar de hacer algunas tonterías, cuestiones que tiene que ver con prácticas políticas de otro momento. Necesitamos tener algo más ordenado y mayor capacidad operativa en el momento de la acción política. De acá a diciembre, el Grupo Clarín se va a poner intenso, esta gente tiene que empezar a desinvertir, una forma prolija de decir que tiene que desprenderse de buena parte de sus medios, porque son absolutamente hegemónicos.

Ahora están con el tema de que se hace política en los jardines. Yo fui al acto de la inauguración de un jardín maternal de una organización social. Es una institución que venimos construyendo hace muchísimos años, en algunas provincias hemos logrado que se metan en programas nacionales y provinciales, no es que uno no va a comerle la cabeza a los niños. No se puede estar todo el tiempo denigrando y haciendo campaña contra cualquier cosa que hagamos, no tiene sentido. Uno tiene que estar contestando sobre algunas cosas como si fueran el gran mal del país, cuando el gran mal son los grupos concentrados que sistemáticamente vienen quedándose con los recursos que producen los trabajadores.

Estamos de acuerdo con la consigna de la presidenta de Unidos y Organizados para que toda nuestra acción política tenga la misma sintonía, la misma lógica, cada cual con su perfil, con su matiz. Ser una misma organización, ojalá con el mismo nombre o sino ser una misma construcción política con diversidad.

APU: ¿Crees que esta consigna busca solucionar cierta fragmentación de la militancia o el campo popular?

JQA: La fragmentación de la militancia no es de ahora, la lógica “agrupacionista” es consecuencia de la dictadura que generó una fragmentación en la sociedad, las grandes construcciones políticas dejan de existir y queda la diáspora. Después, lo que se construye nuevo adopta incorpora contradicciones que vienen de la década anterior. Cuando nos miran desde afuera nos preguntan ¿cuál es la diferencia entre uno y otros? Nosotros sabemos cuáles son. Hay matices, historias, experiencias. A veces quien era responsable político se peleó con otro jefe o jugaron diferente durante dictadura o en la última época del Viejo. A partir de todo eso se genera la fragmentación, que no es otra cosa que una consecuencia de la derrota.

Venimos trabajando intentando ver quién nos junta. En las construcciones de las que participé, nos poníamos nosotros como posible actor capaz de juntar a los demás y no lo logramos, el que lo logró fue Néstor. Tuvo la capacidad de convencernos, nos forzó a través de políticas que nos obligaban a decir “sí, tenes razón”, por qué vamos a estar forcejeando si aquello era lo que veníamos haciendo. Ha producido a los grupos concentrados mayor cantidad de daño que nosotros en la resistencia. Lo hizo con políticas de gobierno, desde el Estado, en beneficio del Pueblo.

Cristina ocupó rápidamente el lugar de conductora estratégica que había logrado Néstor recién después de Perón. Desde 1975 el movimiento nacional, para los peronistas el Movimiento Nacional Peronista, vuelve a tener conducción estratégica. Por suerte Cristina se puso en ese lugar y no nos dejó librados al azar.

APU: De cara a 2015, con una presidenta sin posibilidades a priori de ser reelegida, un Scioli que se perfila como candidato, la ruptura del moyanismo ¿crees que puede agudizarse la dispersión?

JQA: Los que somos peronistas sabemos que el peronismo tiene vastas capacidades. Con muchos compañeros que hoy estamos en la misma propuesta política, yo estuve muy enfrentado. Lo cierto es que esta conducción política, este proyecto de Estado–Nación nos junta. Sabemos guardar las distancias razonables y sabemos que en el gran mapa de la presidenta, cada uno tiene roles concretos. No le puedo pedir a gente que no viene de la resistencia que juegue de resistentes. No tengo que resistir más a los gobiernos, sí a la lógica de imposición de un proyecto globalizador, que hoy pagan los costos los países ejecutores, imperiales. Siempre han sido mas o menos los mismos quienes nos han sometido a una política que busca excluirnos del sistema productivo. Nosotros ocupamos un rol dentro de eso. Otros que no vienen de la resistencia ocupan otro.

Cuando vos discutís desde la parte salís a enfrentar, a reclamar, pero si vos no tenes conducción estratégica (que puede ser una persona o un colectivo) no hay a quien reclamar, no hay posibilidad de expresarse. Hay que entender que uno es la parte y no el todo. Muchos creen que son en sí mismos la continuidad y nosotros creemos que la única continuidad que tiene este proyecto es con Cristina siendo reelegida. Como toda cuestión política tiene sus condiciones, antes la Constitución decía que sí, después que no, podríamos hacer una que diga que sí.

La política no es otra cosa que correlación de fuerzas, el menemismo avanzó porque le daba la correlación de fuerzas, lo mismo los milicos, nosotros vamos construyendo la nuestra. Creemos que la única manera de tener un proceso de continuidad razonable es que después de 2015 vuelva una propuesta política similar a la nuestra y si no es la misma que sea la más parecida, sino mucho de lo que hemos logrado van a tratar de voltearlo. En esa lógica esperamos que Cristina tenga la mayor cantidad de diputados posibles en las próximas elecciones para que tenga todas las condiciones políticas para llegar a 2015. Venimos trabajando las reformas constitucionales de 1949 y de 1994 con propuestas totalmente diferenciadas, que expresan momentos diferenciados, que tienen lógicas y contextos determinados. La de 1994 legaliza el “decretazo” que volteó la Constitución de 1949, que había sido la primera y última Constitución elegida por los trabajadores y el Pueblo.

Tenemos que fortalecer a la presidenta, no porque esté débil, sino porque como Pueblo necesitamos que esté más consistente para que cuando la presidenta diga “hay que hacer esto”, todos hacemos eso, que tiene que ver con la necesidad de continuar este proyecto. Necesitamos, por lo menos, un mandato más para consolidar lo logrado y poder avanzar hacían una Patria socialmente justa, económicamente libre, políticamente soberana.

APU: Con respecto al armado militante, ¿qué pensas de La Cámpora como espacio elegido por la presidenta para conducir el proceso?

JQA: Hace mucho buscamos quién nos junta, el puño en un colchón lleno de bolitas. Todos lo intentamos y ninguno lo logró. Cuando hay alguien que tiene la posibilidad ¿por qué no vamos a aceptar la centralidad de la construcción? Me guste o no me guste, no tiene que ver con algo personal, más allá que tengo muchos compañeros en La Cámpora, muchos incluso antes de que pertenezcan a ese espacio. Son compañeros, defienden la línea ¿por qué no? La conducción dice que es esa porque ninguno llegó, y no es que la conducción no intentó promover la situación, pero la verdad es que ninguno lo logró, por mezquindades, incapacidades, por no entender cuál es el rol de ponerse en el centro de la escena y trasladar de la mejor manera hacia la centralidad lo de todos y desde la centralidad para todos. Así que bienvenidos sean los compañeros de La Cámpora y esperamos que ellos puedan hacerlo.