Forster: "Moyano está abriendo el paraguas antes de que llueva"

Forster: "Moyano está abriendo el paraguas antes de que llueva"

04 Febrero 2012

APU: Quería saber si podía agregar algo más con respecto a las declaraciones suyas en las que habló de “anacronismo” en referencia a las declaraciones de Hugo Moyano. ¿A qué se refería?

Ricardo Forster: La situación no es unidireccional, no es simple, no es reducible a un solo elemento. Hay una cierta visión anacrónica porque sobre todo Moyano, desde el discurso de Huracán en adelante, o incluso uno podría retroceder al discurso de la cancha de River, tiende a tener una una visión política como si en la Argentina no hubieran habido cambios fundamentales del 45 al 2012 en casi todos los órdenes de la vida, desde cambios en el trabajo, en la circulación económica, obviamente en la política, en las identidades políticas, en el propio peronismo, como si no hubiera habido todo un proceso de mutación en cuanto al sentido común, en cuanto a las representaciones, en cuanto a las estructuras políticas y que me parece que sobre todo tiende a reducir el valor histórico de estos últimos ocho años, incluso a la hora de recuperar estructura y poder la propia CGT. Sin las transformaciones económicas y sociales, sin la recuperación de derechos no seria imaginable la situación actual de los sectores sindicales, entonces lo que yo señalaba es que ahí había una visión cortoplacista, demasiado autorreferencial, incluso corporativa, que no veía que el peronismo del 45 no era el peronismo del 90, ni tampoco el del 2012 porque el kirchnerismo le ha agregado otras cosas, ha habido confluencias, ha habido transformaciones, todo eso significa que no estamos en la misma situación.

APU: Hablar de corporativismo, que incluso es algo que puso sobre la mesa la presidenta…..no tiene que ver con esta lógica que la CGT tiene que llevar adelante un reclamo más bien sectorial y no uno mucho más amplio…

RF: A ver, acá hay una contradicción entre lo que Moyano plantea como un lugar político de los trabajadores, que me parece absolutamente razonable, que la clase trabajadora ocupe un lugar en un frente político y que sea un actor social y político decisivo, a actuar como si solamente se tratase de una problemática autorreferencial o ligada exclusivamente a intereses sectoriales. Ahí hay una discusión importante que tiene que ver con la idea de lo particular y lo general. Uno puede y debe defender intereses particulares siempre y cuando también logre establecer una relación entre esos intereses particulares y una visión más amplia, más general , como parte de un proyecto político. Por supuesto que un sindicato tiene que preocuparse en paritarias por las condiciones de trabajo, por el salario, etc. No se puede tratar de la misma manera a un gobierno de una ideología neoliberal y a uno de ideología nacional y popular. Es más, tiene que sentirse parte de un proyecto que reconstruyó, en gran medida, el mundo social del trabajo argentino. Ahí me parece que el discurso de Moyano se enfrenta a una situación problemática, porque en Argentina desde el 25 de mayo de 2003 se produjo una inflexión, un giro histórico y hoy ningunearlos, desconocerlo, relativizarlo, es un problema.

APU: Hoy en esta nueva etapa del proceso, ¿Usted cree que la CGT como expresión del movimiento obrero amerita un perfil distinto, un perfil más industrial?

RF: Yo no si se trata tanto de eso como de construir estructuras sindicales que sean capaces de recrearse y reproducir lenguajes que estén a la altura de las demandas de la época. Por supuesto, la tradición, los mitos y las identidades son claves en cualquier experiencia política pero también es fundamental comprender que hay cambios, que hay transformaciones, que hay novedades y que una tradición política tiene que ser capaz de, siendo fiel a origen, pensar con nuevas herramientas y actuar bajo nuevas condiciones de cambio que se vienen operando en la realidad. También, como otras organizaciones y otras experiencias políticas o sindicales, merece mirarse hacia dentro, pensarse, discutirse, revisarse. La CGT no ha pasado pura y virginal por la historia Argentina, también ha tenido sus propios problemas, sus propias caídas en el abismo. No podemos olvidarnos lo que era el sector hegemónico en la CGT en los años noventa o lo que significaron las grandes conflictividades de los años 70. Creo que Moyano es un personaje interesante,  ha mostrado en los noventa que tuvo una posición valiosa de oponerse al neoliberalismo y me parece que en este momento no está valorando este proyecto político iniciado hace ocho años.

APU: Sin embargo fue uno de los que más apoyó, más acompañó este proyecto. Incluso se hablaba de la “columna vertebral del movimiento”……

RF: Yo no creo que el concepto de columna vertebral funcione de la misma manera que hace 30 o 50 años atrás, las cosas han cambiado. Incluso la CGT representa un sector de la clase obrera y el mundo del trabajo, que no ha sabido representar en su momento a los desocupados, a los trabajadores informales y entonces no se trata de lo que era la vieja estructura, las 62 organizaciones, el peronismo tradicional, la columna vertebral y por lo tantos todos pivotean y giran en torno a esa columna vertebral. En ese sentido, lo propio de esta época y los desafíos del kirchnerismo, que no es reducible al peronismo histórico, hay un plus en el interior del peronismo que se llama kirchnerismo que tiene que ver con las condiciones de la argentina contemporánea, con diversas concepciones políticas que confluyeron en el kirchnerismo, tiene que ver también con la historia de Néstor y Cristina Kirchner, con el camino de un sector importantísimo del peronismo en los noventa que vino a invertir el término histórico del peronismo, a realizar el modelo neoliberal en la Argentina.  Creo que Moyano ha  sido efectivamente un aliado y creo que la CGT y el movimiento obrero organizado tiene que ser un aliado de este gobierno, tiene que ser una parte importantísima en un frente social, nacional, popular y democrático en la Argentina. No concibo un proceso transformador que no incorpore decisivamente al mundo sindical, al mundo del trabajo, pero plantear una disputa de liderazgos cuando queda claro que la reconstrucción de un liderazgo de matriz democrática-popular la hizo el kirchnerismo y hoy la expresa Cristina, me parece que ahí está el problema también, hay un intento de disputa de liderazgo que es absolutamente equivocado.

APU: ¿Usted piensa que es más una cuestión de disputa de liderazgo que una diferencia de programas de gobierno?

RF: Hay una cantidad de cosas. Por un lado está la disputa de liderazgo. Después, creo que Moyano tiende a ver particularmente la complejidad de la realidad y que Cristina, como expresión de lo que es el kirchnerismo, tiende a ver lo que es más la complejidad del todo y que dentro de esa lectura interpreta una cantidad de cosas con una percepción y una perspectiva que no son equivalentes a las lecturas que está haciendo Moyano. Eso no significa que lo que hoy es una tensión, una visión no compartida, el día de mañana no  vuelvan a reconstruirse acuerdos o que efectivamente Moyano sea la única voz que expresa al movimiento obrero sindical argentino en este momento, pero creo que efectivamente hay una disidencia en cómo se interpreta este momento y que la CGT, conducida por Moyano en este momento, está abriendo el paraguas antes de que llueva y está incluso anticipándose a una lluvia que yo no sé si va a acontecer en la Argentina. Tiene un discurso de Cristina que yo leo de otra manera. En el último discurso es muy clara, la cuestión de la rentabilidad, la cuestión de la productividad no significa que esté por encima de la inclusión social y la defensa de las conquistas, los derechos y los salarios. No se pueden negociar paritarias como si no hubiese efectivamente sectores, rentabilidades, productividades distintas, en función de los distintos sectores que conforman la economía y dice, en ese sentido, que las paritarias son espacios de libre discusión y convenio entre las partes y agrega lo de la inclusión social como núcleo fundamental del proyecto y eso Moyano no lo lee, y eso me parece que es preocupante.