Ley de paridad de género: “El PRO no quiere que salga”

Ley de paridad de género: “El PRO no quiere que salga”

07 Marzo 2017

Por Malena Ambas

En octubre de 2016, la Cámara de Diputados aprobó la paridad de género incluida dentro del proyecto de ley de reforma política y la envió a Senadores. La norma que incluye el voto electrónico entre otras medidas, modifica el cupo femenino en las listas que pasa de ser del 30% al 50% de sus miembros. Mientras, el Senado le dio media sanción a un proyecto que sólo trata la temática de la paridad de género.

Son dos leyes que abordan la misma temática de la paridad. Sin embargo, una lo hace exclusivamente y la otra incluye otras reformas en su articulado. De esta forma, ambas cámaras aprobaron la paridad pero de proyectos de ley diferentes lo que produce una gran contradicción.

Ambos proyectos de ley se encuentran frenados en ambas cámaras y no volvieron a ser tratados luego del receso legislativo. “Yo creo que el PRO no quiere que salga”, sostuvo Daniela Castro, diputada nacional por San Juan.

“Las listas de candidatos a senadores y diputados nacionales, parlamentarios del Mercosur y convencionales constituyentes, deben conformarse con candidatos de diferente género de manera intercalada desde el primer candidato hasta el último suplente, de modo tal que no haya dos del mismo género consecutivos”. De esta forma se fija la paridad de género en el artículo 16 de la reforma política debatida en Diputados. También se incrementa el cupo femenino en la constitución de las listas de los partidos políticos que se presenten a elecciones.

Este proyecto de ley, aprobado en Diputados por 215 votos a favor, tres en contra y tres abstenciones, pasó a la Cámara de Senadores en octubre del año pasado y aún espera su sanción. Según Castro, la Cámara Alta no lo aprobará debido a otros artículos incluidos en la reforma como el del voto electrónico. “Ahí se nos cae un bastión de lucha”, sostuvo la diputada sanjuanina del Frente para la Victoria en referencia a la paridad. Sin embargo aclara “estoy totalmente en contra del sufragio electrónico y por eso voté en contra de la ley”.

Por su parte, la propuesta aprobada en Senadores aborda exclusivamente la paridad de género y fue aprobada con 57 votos a favor y 2 en contra, el miércoles 19 de octubre de 2016, mismo día en el cual se realizó el primer paro de mujeres y una movilización multitudinaria en contra de la violencia de género. Los dos votos negativos fueron los del presidente provisional del Senado, Federico Pinedo del Pro-Capital, y el de Ernesto Martínez de Cambiemos Córdoba. El cordobés justificó su voto al decir que se trata de una discriminación “lisa y llana”. En una entrevista con el diario Clarín el senador expresó: “la desigualdad de hecho no existe. El requisito para el acceso a los cargos públicos debe ser la idoneidad. Este tipo de proyectos son transversales y no tienen un cuerpo de idea atrás. No resuelve ningún problema de la mujer esta ampliación de cupo. Es denigratoria para las mujeres que consideran que ingresaron porque son valiosas. La de paridad de género es una ley corporativa que tiene olor fascista.” Por su parte, Pinedo justificó su voto al indicar: “hay que dejar espacio para quienes defienden los valores de las personas más allá de su género”. En relación a este tipo de argumentos, la diputada Castro sostuvo: “las mujeres somos capaces y estamos tan preparadas, somos tan valiosas y tan dirigentes como los hombres”.

En el caso de que cualquiera de los dos proyectos de ley de cupo sea sancionado, los partidos políticos tienen un desafío. “Yo soy la primer mujer del Consejo Provincial del PJ de San Juan y estoy en el lugar número once. Los diez anteriores a mí son todos hombres. Entonces lógicamente esta reforma genera un desafío para los partidos respecto de su organización interna, respecto de abrir el juego a la participación de las mujeres”, sostuvo la diputada Castro.

En uno de los edificios del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires ubicado en la calle Tacuarí al 100, a pocas cuadras de la 9 de Julio y del Obelisco porteño, Diana Maffía, recibió a la cronista en su oficina dentro del espacio asignado al Observatorio de Género del organismo. En un despacho con una biblioteca de madera con decenas de libros, la filósofa y directora del Observatorio, remarcó la importancia de las leyes de cupo y sostuvo que el objetivo que las mismas tienen es que “las mujeres que tienen mérito logren alcanzar cargos de representación, justamente porque el motivo por el que no llegan es su sexo. Entonces no es para que mujeres sin mérito lleguen al cargo sino para que mujeres con mérito tengan la oportunidad”.

Por otra parte, hay quienes se pronuncian en contra de la paridad al expresar que si existe cupo para las mujeres debería haber cupo para pueblos originarios, homosexuales, jóvenes, obreros, entre otros. En la entrevista realizada a Diana Maffía, la luchadora feminista expuso: “es sorprendente ese argumento, las mujeres no somos una minoría social. La mitad de los discapacitados son mujeres y la mitad varones, la mitad de representantes de pueblos originarios son mujeres y la mitad varones, la mitad de homosexuales son mujeres y la mitad varones. La mitad de los trabajadores son mujeres y la mitad varones”. En este sentido agregó que ese argumento que utilizan es lo que el feminismo llama androcéntrico ya que privilegia no sólo el sexo sino también la clase, la etnia, el color, la edad. Por este motivo, los representantes actuales son “varones que no representan a las mujeres en sus intereses pero que tampoco representan a los pueblos originarios porque son varones de origen migrante europeo, que no representan a los pobres porque son varones de clase media o ricos, que no representan a los obreros porque son en general profesionales ilustrados, que no representan a los homosexuales porque son heterosexuales”, sostuvo. Con determinación Maffía sentenció: “Señores las mujeres no somos una minoría social, somos representantes de todas estas minorías y ustedes no solo no representan a las mujeres sino que no representan tampoco todos estos intereses y puntos de vista que han quedado desplazados por el sujeto hegemónico de la política”.