Día nacional de los abogadas y las abogadas víctimas del Terrorismo de Estado: “La larga noche de las corbatas aún no ha terminado”

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Día nacional de los abogadas y las abogadas víctimas del Terrorismo de Estado: “La larga noche de las corbatas aún no ha terminado”

06 Julio 2021

Por Paula Viafora

Cada 6 de julio se recuerda a los abogados detenidos y desaparecidos durante las dictaduras, fecha que coincide con un episodio conocido como “La Noche de las Corbatas”, ocurrido en Mar del Plata entre los días 6 y 11 julio de 1977, cuando fueron secuestrados un grupo de abogados laboralistas, entre ellos el autor del anteproyecto de la ley de Contrato de Trabajo, Norberto Centeno. Todos ellos menos dos, Carlos Bozzi y Camilo Ricci, resultaron asesinados.

La Federación Argentina de Colegios de Abogados organizó un acto virtual para recordar, no solo a ellos, sino a todos aquellos profesionales del derecho que resultaron perseguidos por haber sufrido represalias y persecuciones a raíz del ejercicio profesional, sobre todo en defensa de trabajadores y de los más necesitados, haciendo de la profesión un compromiso político y social que los hermana como abogados populares y los aleja de aquellos de corte más neoliberal que ejercen la profesión de modo individual y con un claro fin patrimonial.

Muy importante y a solicitud de una de las oradoras, Nina Isabel Brugo, se modificó la señalización de esta fecha a “Día Nacional de los abogadas y las abogadas víctimas del Terrorismo de Estado”, quien señaló que el 30% de esas victimas fueron mujeres. Con una clara conciencia de género y una nueva interpretación de la fecha, que desde la memoria va interpelando al presente.

Los participantes, desde varios puntos del país y convocados por su relación con la fecha, fueron exponiendo desde sus historias, recordando compañeros/as, reafirmando su compromiso con la lucha y la verdad, más allá de las sentencias judiciales dictadas en algunas causas. Recorridos de vida que hoy tienen un presente diferente pero que no han perdido la esencia de aquellos hombre y mujeres que "no fueron héroes", como expresó Araceli Diaz: “Eran personas comunes que con miedo y preocupación y sabiendo el peligro que corrían tanto ellos, sus familias, los compañeros de los estudios donde trabajaban, pero  seguían adelante con la convicción y esos principios que los impulsaban. Marcaron un camino, militaban por la vida”. Otros expositores fueron Martín Fresneda, abogado, ex Secretario de Derechos Humanos de la Nación y cofundador de la agrupación HIJOS (sus padres son víctimas de la Noche de las Corbatas), y Carlos Bozzi, abogado sobreviviente del mismo episodio y entonces socio de Tomás Fresneda, padre de Martín.

Es justo destacar que la persecusión, secuestro y asesinato de abogados comenzó antes de la dictadura. En el libro “Abogados, Derecho y Política” publicado por la agrupación “Memoria Abierta” se detalla: “El año 1974 constituye un punto de inflexión en la historia de los abogados. El 31 de julio la Triple A asesinó a una de las figuras emblemáticas de 'la Gremial': el diputado peronista Rodolfo Ortega Peña. Este fue el primer homicidio expresamente reivindicado por la organización parapolicial. Para muchos este asesinato marcó el inicio de una suerte de 'cuenta regresiva' que rápida e inexorablemente condujo a la muerte, a la clandestinidad, al exilio y a la dispersión a muchos otros. En efecto, la Triple A hizo de la figura de estos abogados uno de sus blancos recurrentes: en los meses siguientes fueron asesinados Alfredo Curutchet, Silvio Frondizi y Antonio Deleroni, entre otros.  Mientras algunos profesionales recibían amenazas en sus estudios u hogares y la derecha peronista los amedrentaba desde las páginas de El Caudillo, numerosas bombas estallaban en estudios y sedes corporativas, entre ellas, la de 'la Gremial'. En un escenario de claro repliegue de la movilización política y social, signado por el asesinato y la represión, algunos decidieron pasar a la clandestinidad y otros exiliarse; algunos pensaron en 'refugiarse' en la actividad privada y otros, simplemente, continuar con  una actividad que día a día se evidenciaba tan peligrosa como necesaria". 

Según el Informe de la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas (CONADEP) entre 1975 y 1980 fueron asesinados al menos 23 abogados por motivos políticos y han sido secuestrados y desaparecidos más de 110. Debe señalarse, a su vez, que al menos el 90% de estas desapariciones se consumaron entre los meses de marzo y diciembre de 1976. Es probable que la mayoría de estos abogados tuviera (al momento de su secuestro o con anterioridad) algún tipo de militancia política, social o gremial que, independientemente del tipo de actividad profesional que desarrollara, los colocara en la mira del Estado terrorista. Es también probable que varios otros hayan sido víctimas de la represión ilegal “en respuesta” o “en represalia” por la presentación de hábeas corpus.

En los fundamentos de la sentencia del Juicio por la Verdad Base Naval IV que tramitó ante el TOF Nº 1 de Mar del Plata (finalizada en 2020) se expresa: “Estos eventos grotescos que tuvieron como víctimas fatales a abogados activamente comprometidos en la defensa gremial,representaron la destrucción de derechos laborales recientemente conquistados para silenciar a los trabajadores y disciplinar a la sociedad, en beneficio de un conjunto de interesespolíticos, económicos y judiciales.La búsqueda del disciplinamiento laboral en cabeza del terrorismo estatal, respondió a la política económica que vino a instaurar el régimen militarcompletamente afín con el sector empresarial.(..) se puede afirmar que estos eventos criminales fueron un mensaje disciplinador para el resto de la sociedad, se secuestró, torturó y en algunos casos mató a los abogados simplemente porque ellos cumplían con la imposición de su ejercicio profesional: el derecho de la defensa y la búsqueda de la justicia. Y ese mensaje debía ser dado a determinados grupos de la sociedad, uno de ellos era el de los abogados, no a cualquiera, sino, a aquellos que tuvieran un compromiso social: que defendieron intereses de los trabajadores, que interpusieran recursos de habeas corpus, que se ocuparan de los más débiles”.

Sin embargo, para el sobreviviente Carlos Bozzi “la larga noche de las corbatas aún no ha terminado” y afirmó que seguirá luchando por descubrir la verdad, compromiso que adquirió desde su liberación y que jamás abandonó.