Incardona: letras del campo popular

Incardona: letras del campo popular

23 Septiembre 2012

SUMARIO

TEATRO

La Laguna: una historia en el camino

CULTURA FUTBOLERA

“No hay intentos reales de federalizar el fútbol argentino”

PENSAMIENTO NACIONAL

Cooke: militante suramericano 

LETRAS

María Ramos, literatura infantil y haikus

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“El peronismo está en una constante transformación dentro de nuestra cultura”

LA PACO URONDO (Por Victoria Palacios): Autor de Villa Celina, El Campito, Objetos maravillosos, Rock barrial...¿lo sacaste este año o el año pasado?

Juan Diego Incardona: Rock barrial es el último libro que publiqué pero en realidad es del 2010. Fueron 4 años, cuatro libros desde el 2007 al 2010. En el 2011 no publiqué nada y este año estoy por publicar mi primer libro de poesías.

APU: ¿Se llama: Amor bajo cero?

JDI: Sí, que va a salir por la Editorial Vox de Bahía Blanca. Para mí es importante y un poco misterioso porque en realidad todos mis libros son de narrativa. Solía escribir poesías simultáneamente sin demasiada pretensión. Gustavo López es un gran editor, “Vox” es una editorial under con un gran catálogo. Venían leyendo mi blog y a él le interesó, me propuso que lo publicara y veremos qué pasa con ese libro.

A mí me interesa en lo particular porque no pertenece a la saga que es, la saga matancera, la de Villa Celina de los libros de narrativa sino que son temas diferentes. Un poema, por ejemplo, transcurre dentro del predio de la ESMA que es donde trabajo.

APU: ¿Por qué “Amor bajo cero”?

JDI: Amor bajo cero es una canción de Bob Dylan que me encanta y las atmósferas de los poemas son así, un poquito frías, angustiosas, existencialistas, no sé cómo denominarla. Me pareció bien el título, me gustó.

APU: ¿Tenés fecha?

JDI: En realidad le tengo que mandar ahora a fines de septiembre el manuscrito final y dependerá de los tiempos de la Editorial, calculo que antes de fin de año tiene que estar.

APU: ¿Cuándo hablás de la saga matancera quiere decir que no está vinculada con esta temática habitual de esa mitología peronista que vos construís en otras obras?

JDI: Claro, no está dentro de ese universo. De pronto en algún verso puede llegar a aparecer alguna referencia porque es parte de la escritura de uno. Es una serie dependiente a la que se armó con Villa Celina, El campito, Rock barrial y un texto inédito que todavía no publiqué. Estoy viendo por dónde lo voy a sacar, que se llama Las estrellas federales que vendría a cerrar toda esa saga.

APU: Veíamos en vos y en Santoro una visión del peronismo nostálgico, ya terminado que ya fue y que no se repite en el presente. ¿Esto impregna tu poesía ahora?

JDI: No comparto. No creo que la obra de Santoro y la mía estén motivadas en la nostalgia, porque sería una evocación de un pasado perdido. Si hay algo que queda claro es que el peronismo no es algo perdido, sino que está en una constante transformación dentro de nuestra cultura. Muchos de mis libros están ambientados en la década del 80', 90' incluso en el 2001 en tal caso sería una nostalgia inmediata, no tan alejada. Busqué mucho trabajar con los símbolos, con las iconografías que son parte del imaginario cultural dentro de un barrio como La Matanza, que me parece se actualizan permanentemente.

Lo mismo la obra de Santoro. Creo que hay cierta temporalidad que rompe con la nostalgia no es sólo que una pintura de Santoro está retratando un paisaje del 45' o del 55', sino que trazan líneas de distintas dimensiones. Daniel trabaja mucho con el arte argentino o cita obras de otros lugares, inscribe en su iconografía peronista una tradición del arte o de la cultura que en realidad es mayor, por otro lado creo que yo con la literatura hago algo similar. Es ver también la obra desde otro lugar, no es sólo una evocación nostálgica o un acontecimiento específico, sino que es una suerte de diálogo en distintos aspectos, de la literatura y de las distintas coyunturas culturales que en realidad la forman. Todo esto es una operación muy íntima que tienen que ver con la imaginación de cada uno.

APU: Pensaba que quizás tenía que leerse en clave mítica y no fantástica. Justamente el hecho de que esta lectura sea tan accesible para distintos tipos de edades tiene que ver con lo fantástico y no con lo mítico. La lectura en clave mítica sí lo ubicaría con esta cosa de nostalgia y espacio estanco. Lo fantástico permitiría la actualización de esos símbolos, ¿estás de acuerdo?

JDI: Creo que en realidad no hay una sola fuerza que domina, de cualquier creatividad son varias las que están pujando. Hay cierta nostalgia y no la niego, cuando hay evocaciones a ciertos momentos de la infancia pero eso converge con otros intereses. Son motores creativos en la conformación del mundo, no sólo la nostalgia, hay otras emociones que se ponen en juego y es como un cóctel.

APU: En Rock barrial, ¿cómo trabajaste?, ¿por qué decís que entra dentro de la misma saga? Pensé que eran crónicas, ¿es novela?

JDI: Es un relato similar a Villa Celina con historias nuevas y algunas particularidades. Hay tres poemas y está dividido en dos. La segunda parte del libro es una nouvelle y está escrito con otro lenguaje, transcurre en el 2001, se llama “Toma corriente” y está dividido en cuatro capítulos. Son cuatro medidas de la electricidad, “Volt”, “Ampere”, “Watt”, “Ohm”.

APU: “Ampere” lo había leído.

JDI: Sí, pero ahora está reformulado ahora se llama “Toma corriente”. Ampere es sólo uno de los capítulos y está escrito como un cuento de Villa Celina que se llama “El túnel de los nazis”. No es tanto el ritmo coloquial que se subordina a un desarrollo argumental, no es tanto la pulsión por contar, sino más que nada una pulsión rítmica, sonora.

En un punto me sonaba a “La naranja mecánica”. Es como que no se rompe la verosimilitud porque todo es ritmo donde el lector adjudica sentido a esas palabras que no comprende. Le suenan a algo según el concepto en el que están armadas en una oración. Ese es un ejercicio que practiqué, cité varias obras que trabajan de esa manera.

APU: En Bahía Blanca se están dando una serie de transformaciones. Hace unos días se condenó a 14 genocidas, ¿por qué la Editorial que encontraste es de Bahía Blanca? ¿Tiene alguna singularidad?

JDI: Es muy loco lo que me contás porque leí la sentencia que salió hace poco y recordé mi participación en el Filba Nacional que se hizo en Bahía Blanca en donde se leyeron algunas cosas, contaron algunas experiencias y yo llevé un libro de Ana María Ponce. Por lo que escuché van a entrevistar a Gisela Tepper, ella es mi compañera en un programa que se llama “Memoria en movimiento”. Nosotros publicamos algunos libros, uno es de Ana María Ponce. Es uno de los pocos casos que existen de una obra literaria escrita en uno de los campos de concentración y que eso se haya salvado. Ana María escribía dentro de la ESMA en plena dictadura, escribió poemas y un cuento. El cuento es impresionante ella te maquilla su propia liberación, va caminando por Once, narra cómo va rozando a la gente, toda una ficcionalización de una chica que estaba encadenada escribiendo eso.

Milagrosamente el día que le dicen que la van a trasladar, esconde todas esas hojas, ella podía escribir porque era obligada a hacer algunas tareas, le daban una máquina de escribir porque tenía que redactar cosas y aprovechaba para escribir algún poema y los escondía. El día que la van a trasladar, ella sospecha que la van a matar y esconde todos sus poemas en una canasta con ropa y se los da a Graciela Daleo, finalmente eso se termina salvando y con el paso del tiempo se convierte en un libro. Ese libro de Ana María Ponce es de distribución gratuita, se puede buscar en las librerías populares. Nosotros le podemos mandar uno a la agencia, realmente vale la pena.